
En la mayoría de los
casos son situaciones aprendidas muy
desafortunadamente desde la infancia.
Cuando escuchamos la frase “Los niños son el fututo de México”, aparte
de parecer campaña política, es una realidad. El tener en nuestras manos la
educación y crianza de un pequeño, es un poder, un poder para realizar un
CAMBIO. El decir Educar no solo implica llevarlos a la escuela y que cumplan
con sus deberes. El Educar va más con la cuestión de valorar. Valorar que los
niños son personas, que al igual que los adultos sienten, piensan y aprenden
(más del 90% por medio del ejemplo).
Científicamente
está comprobado que el cerebro abstracto de los seres humanos se va
desarrollando a través de los años. Es por ello que un bebé o
un pequeño de 3 años no puede expresar su enojo o frustración ante algo y lo
hace a través del llanto y/o grito.
Nuestro deber como adultos es acompañarlos en este proceso de aprendizaje para
que, cuando fisiológicamente estén preparados puedan desenvolverse en la
sociedad de una manera armoniosa y asertiva.
Si
uno como adulto piensa que los niños nos manipulan o chantajean, los veremos
todo el tiempo como enemigos o tiranos de los que hay que imponernos o nos
gobernaran.
Cuándo un bebé y niñ@ son atendidos en sus
necesidades, no solo de alimento físico, también del alma, como el cariño, afecto,
escucha activa, respeto, valores y sobre todo amor, tendrá más posibilidades de
ser un adulto seguro y empático, el cual tenga menos posibilidades de tener en
mente lastimar o herir a otro ser Humano.
Así que Papá, Mamá, Tío, Tía, Abuelo,
Abuela, Familia, en nosotros está el poder. Si queremos que no sólo México sino
todo el Mundo sea diferente, iniciemos en nuestros hogares, porque un niño
lleno de Amor Solo puede brindar AMOR.
Redactó Líder de la Liga de la Leche: ELIA RANGEL